Odín, padre de los dioses

Imagen: ilustración de Georg von Rosen

En su versión más moderna de la religión nórdica, Odín, el antiguo Wodanaz, se nos presenta como padre de los dioses y rey de Asgard, el mundo de los Ases.

Odín es un dios bastante complejo, pues tiene múltiples caras, representadas en los 170 nombres distintos que aparecen en las Sagas y que muestran muchos de sus rasgos, aunque quizá sus facetas más importantes sean la de dios de los muertos en combate y la de inspirador de los guerreros tocados por su “furor guerrero”, los berserker. Odín tiene dos cuervos, Hugin y Mugin (Pensamiento y Memoria, que recorren el mundo y le informan de lo que han visto), dos lobos y un caballo de ocho patas, Sleipnir. Su arma mágica es la lanza Gungnir.

Odín es llamado el tuerto, ya que sacrificó uno de sus ojos para beber de la fuente de Mimir, lo que le otorgó sabiduría infinita. Quizá su hazaña más importante es en la que obtiene el conocimiento de las runas, después de colgar durante nueve días del Yggdrasil; las runas son unos poderosos símbolos que sirven para adivinar el futuro y permitir la comunicación entre los hombres y los dioses.

Encontrará la muerte en el Ragnarok, donde será engullido por el lobo Fenrir.